El cine de los 80, esa década dorada del celuloide, nos regaló joyas que aún hoy brillan con intensidad. Entre ellas, encontramos “The Company of Wolves”, una película que desafía la clasificación simple. Es una historia gótica, un cuento de hadas oscuro, una exploración de la adolescencia y la sexualidad femenina enmascarada bajo el velo de lo fantástico.
Dirigida por Neil Jordan, quien posteriormente nos daría obras maestras como “The Crying Game” e “Interview with the Vampire”, “The Company of Wolves” se basa en un conjunto de cuentos del mismo nombre escrito por Angela Carter. La película no adapta la obra original de forma literal, sino que crea una nueva narrativa a partir de sus temas y personajes.
Sarah Patterson interpreta a Rosaleen, una joven que vive en un mundo rural rodeado de mitos y leyendas sobre lobos. Rosaleen experimenta una fascinación por lo salvaje, una conexión visceral con la naturaleza y un deseo cada vez más intenso de explorar su propia sexualidad. Su abuela, interpretada por la siempre genial Angela Lansbury, le advierte de los peligros que acechan en el bosque, pero Rosaleen se siente irresistiblemente atraída hacia lo prohibido.
Una trama llena de simbolismo: ¿Sueños o realidad?
La película juega constantemente con la línea entre el sueño y la realidad, creando un ambiente onírico y perturbador. Los lobos, que representan tanto la amenaza como el deseo, aparecen en los sueños de Rosaleen, transformándose en hombres atractivos y seductores.
A través de una serie de viñetas y cuentos dentro del cuento, “The Company of Wolves” explora diferentes facetas del comportamiento femenino, desde la inocencia infantil hasta la madurez sexual. Cada encuentro de Rosaleen con los lobos representa un paso en su viaje de autodescubrimiento, un enfrentamiento con sus propios miedos y deseos.
La estética visual de la película es tan destacable como su trama. El uso del color, la luz y la sombra crea una atmósfera mágica y opresiva al mismo tiempo. Los escenarios rurales, las casas antiguas y los bosques frondosos se convierten en personajes por sí mismos, contribuyendo a la sensación de misterio y peligro que impregna la historia.
La banda sonora, compuesta por George Fenton, complementa perfectamente el tono onírico de la película. Los temas musicales son melancólicos y atmosféricos, evocando imágenes de lo antiguo y lo misterioso.
Las interpretaciones: Un elenco memorable
Si bien Sarah Patterson es la protagonista indiscutible de “The Company of Wolves”, el resto del reparto aporta mucho a la película. Angela Lansbury, como siempre, brilla con su presencia y experiencia. David Warner interpreta al padre de Rosaleen, un hombre atormentado por secretos del pasado. Y no podemos olvidar a la joven actriz Kathryn Pogson, que interpreta a la hermana menor de Rosaleen, contribuyendo a la dinámica familiar compleja que se presenta en la trama.
Un legado perdurable: ¿Por qué ver “The Company of Wolves” hoy?
Más de treinta años después de su estreno, “The Company of Wolves” sigue siendo una película relevante y cautivadora. Su mezcla única de terror gótico, fantasía y drama psicológico la convierte en una experiencia cinematográfica inolvidable.
La película nos invita a reflexionar sobre la naturaleza humana, las complejidades del deseo y la lucha por encontrar nuestro lugar en el mundo. También nos recuerda que los cuentos de hadas no son solo historias para niños, sino que pueden ser poderosos vehículos para explorar temas adultos complejos.
Si buscas una película que desafíe tus expectativas y te deje pensando durante días después de verla, “The Company of Wolves” es una excelente elección.